Crítica a la sociedad capitalista de Karl Marx
2El artículo que viene a continuación ha sido escrito por mi, sin embargo los apuntes que vienen más abajo son un trabajo de Cramon, un compañero blogero. En la parte de las notas queda clara su autoría y recojo links a su artículo.
Aunque la ideología liberal ya había sido atacada por los socialistas utópicos y los primeros anarquistas la crítica de Karl Marx (1818-1883) al sistema económico del capitalismo es la más estructurada e influyente tanto filosófica como políticamente.
LA EVOLUCIÓN DE LOS MODOS DE PRODUCCIÓN:
Solemos pensar que el hombre con su trabajo transforma a la naturaleza, pero para Marx el trabajo además también transforma al propio hombre, a sus relaciones sociales y a su modo de entender el mundo. El primer modo de producción fue el comunismo primitivo en donde la propiedad era social y la división del trabajo elemental; esto hacía que los individuos tuviesen que dedicar mucho tiempo de trabajo a subsistir y que no hubiese mercancías excedentes sobre las que comerciar. Este sistema rudimentario se rompió por el surgimiento de la propiedad (*) que permitió crear una aristocracia (los que más poseían) y la esclavitud (los que eran poseídos). Al nacer la propiedad y el concepto de riqueza el trabajo se dividió para permitir que se creasen mayores excedentes y así acumular propiedad. Esta acumulación de propiedad y el ensanchamiento de las diferencias entre ricos y pobres crea el siguiente sistema social de producción.
Mientras que en Oriente surgía la sociedad asiática (**) en Occidente surgió la sociedad antigua o clásica que tenía un sistema productivo esclavista en el que los hombres libres rehuían el trabajo que era realizado por el grupo social mayoritario: los esclavos. En esta sociedad nace el ocio, el mercado, la diferencia entre campo y ciudad, etc. pero en un momento dado este sistema se derrumba por el conflicto entre amos y esclavos y su propia incapacidad económica. El final de esta época llega con el triunfo del cristianismo en la Edad Media.
De las contradicciones de la sociedad antigua nace la sociedad feudal en la que el campesino es nominalmente libre, ya que no existe la esclavitud, pero está a expensas del señor feudal al que debe pleitesía y al que tiene que dar una parte importante de su producción. En este sistema gracias al comercio y a la usura nace una clase urbana que medra gracias a un nuevo sistema de producción: el sistema capitalista. A través del intercambio comercial y la elaboración de los productos el burgués, es decir “el que vive en un burgo”, va conformándose como nueva clase social. No obstante, el sistema feudal ahoga al burgués y a su sistema de producción por lo que la burguesía entra en conflicto con la nobleza y de esta lucha nace el sistema de producción capitalista en la Europa del XVIII y XIX.
Nótese que cuando un sistema se muestra insuficiente para autosostenerse su orden se quebranta y surge otro nuevo gracias a la lucha de clases. Además es importante subrayar que para Marx cada sistema de producción crea una ideología que lo autosustenta: la ideología es creada por las relaciones materiales de producción. Por ejemplo, en época feudal el cristianismo justificaba las desigualdades asegurando que la humildad y la pobreza eran recompensados en la otra vida. En conclusión: el sistema de producción crea la ideología y la ideología sustenta al sistema de producción.
EL CAPITALISMO Y SUS CONTRADICCIONES:
Toda evolución social se produce gracias a la lucha de clases: la lucha entre opresores y oprimidos. De igual modo que amos lucharon contra esclavos y siervos contra nobles en el sistema de producción capitalista el proletariado (obreros) lucha contra los burgueses que los oprimen con el salario.
Según Marx el valor económico de un producto es creado por el trabajo invertido en la elaboración de ese producto. Si sumamos el valor de las materias primas y herramientas que sirven para elaborar un producto al valor del trabajo invertido tendríamos el valor final del producto si no fuera porque el capitalista debe obtener algún beneficio así que debe de aumentar ese valor a través de la plusvalía. Si un obrero hace cinco zapatos y el patrón le paga el valor de dos zapatos la plusvalía son los tres zapatos restantes que son los beneficios del patrón. De esta manera el sistema capitalista es un sistema de explotación como el feudal o el esclavista pues el que genera verdaderamente la riqueza (esclavo, siervo o proletario) tiene que sufrir que esa riqueza le sea expropiada.
Si vemos la evolución social anterior observamos que hay una clase opresora y otra clase oprimida. El proletario, y toda clase oprimida, sufre alienación, es decir, al trabajador se le aparta de lo único que tiene, su trabajo, y se convierte en una mercancía más dentro del capitalismo, ya no es él mismo, está enajenado. Un ejemplo claro de esto para Marx son los obreros industriales que se han convertido en engranajes dentro de enormes maquinarias, han perdido su identidad y son indistinguibles unos de otros.
El sistema capitalista, como los anteriores, está llamado a terminar ya que está preñado de contradicciones. El capitalista intenta dar a sus obreros el menor jornal posible para así obtener más ganancias (***), esto aumenta paulatinamente el nivel de pobreza de los obreros. Al mismo tiempo el capitalista tiene que luchar contra otros capitalistas por lo que debe vender los productos lo más bajo posible; en esta lucha solo los capitalistas más poderosos ganan (****) y los pequeños capitalistas entran a formar parte del proletariado en estos momentos de crisis. El proletariado cada vez más numeroso y más miserable se encuentra con una certeza: con la revolución no puede perder sino sus cadenas ya que ellas son lo único que tiene. Implantar esta certeza en el proletariado es la misión del revolucionario pues el trabajador ve trabada su mente por la ideología burguesa que justifica la explotación. La religión, por ejemplo, ha sido desde siempre una fiel aliada de las clases opresoras de ahí la frase de Marx: “La religión es el opio del pueblo” (*****).
Cuando tenga lugar la revolución final que acabe con el capitalismo acabarán las clases y se instaurará el comunismo en donde la propiedad y los productos del trabajo serán socializados. En los primeros momentos tras la caída del capitalismo habrá una “dictadura del proletariado” que redistribuirá los medios de producción pero con el paso del tiempo esta dictadura y el estado mismo desaparecerán y la relación del hombre con su trabajo será no alienada, libre y plena desarrollándose en este sistema todas las potencialidades del hombre.
Más allá de los resultados políticos reales de las teorías marxianas el anhelo de Marx de luchar por un mundo más justo y unas relaciones económicas más humana sigue siendo motivo de inspiración hoy en día.
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El compañero Cramon en su blog cramon-filosofía realizó ciertos apuntes a este artículo que creo que clarifican conceptos del mismo, los pego aquí recordando que la autoría de los apuntes es suya (el artículo original de Cramon es este)::
(*): Si se refiere al sistema de producción entonces el surgimiento de la propiedad no es la condiciona un cambio en los modos producción sino todo lo contrario. Cuando los pueblos nómadas que se dedicaban fundamentalmente a la caza y la recolección cambiaron esta forma de subsistencia por la domesticación y cultivo vegetal y animal la producción excedente de alimentos, que se generó, permitió la especialización de otras personas, dentro del grupo, en la realización de otras actividades. Las primeras formas de producción permitían como mucho la supervivencia pero con el dominio de técnicas de cultivo, aunque rudimentarias, se creó un sobrante, el cual pasó a ser de la propiedad de algunos de los miembros del grupo. Surge así la división social del trabajo y la propiedad privada condicionando el surgimiento de las clases sociales.
(**): En efecto el desarrollo de la sociedad asiática posee diferencias con la sociedad antigua o clásica pero en la frase puede entenderse que la primera no encierra un sistema de producción esclavista. El modo de producción asiático, llamado despotismo oriental ya había sido expuesto por Karl Marx en su cuaderno Formaciones económicas precapitalistas (1858), «resultado de 15 años de investigaciones». Para Marx la comunidad misma representa la primera gran fuerza productiva. Las condiciones objetivas impusieron la unidad de las comunidades para empresas comunes como las canalizaciones de agua, las vías de comunicación e intercambio o la guerra para asegurar un territorio para la subsistencia. Esta unidad en la medida que se perpetuó y se hizo indispensable, apareció distinta y por encima de las muchas comunidades, convirtiéndose como tal en el verdadero propietario de todo. La unidad suprema terminó encarnada en el déspota (Faraón, Emperador, Zar, Inca, Rey, tlatoani), gran padre de numerosas comunidades, al que se liga de una u otra manera a la divinidad. Entonces la unidad suprema sistematiza la apropiación del pluspruducto, que toma la forma de tributo o de trabajos colectivos para el déspota y la élite.
(***): En esto no estoy totalmente de acuerdo, de hecho una de las formas de explotación que se evidencian hoy es la migración de la producción a regiones donde se abarata la fuerza de trabajo, el objetivo es pagar menos. Las grandes marcas ya no producen sus productos sino que los compran ya hechos, a muy bajo costo, lo que se revierte en el pago deficiente los trabajadores finales implicado en la producción directa. Claro, los propietarios de las marcas evaden las críticas justificando que ellos no poseen fábricas, por lo tanto quienes explotan a sus trabajadores son los dueños de los centros de producción, pero la realidad es que la circulación de capital se genera con la labor de los trabajadores tercermundistas aunque el dinero se acumule en los bancos de las naciones desarrolladas.
(****): No siempre debe ser pues las empresas han aprendido a adaptarse. En muchas ocasiones se fusionan capitales, resultado un solo capital con mayor fuerza para prevalecer sobre los demás o luchar con un rival común mas fuerte. Un ejemplo de esto es la unión entre Adobe Systems y Macromedia.
(*****): Es famosa la frase de Marx «la religión es el opio del pueblo», pero quizás habría que recontextualizarla históricamente. Cuando Marx hizo esa frase el opio no era ilegal, no era una «droga», sino el analgésico más ampliamente utilizado por la población. Marx publico su texto antes de que USA y sus adlateres lanzaran la guerra contra «algunas» drogas. Por tanto no debe interpretarse opio en el sentido de «creador de ilusiones» sino como «calmante del dolor».Una traducción actualizada más exacta y libre de equívocos sería:»la religión es la aspirina del pueblo». (Tomado de Frisco.)
La ciencia también tiene un papel importante en el pensamiento ilustrado que deposita una confianza casi ciega en la fuerza de la técnica científica para mejorar las condiciones materiales del hombre.
No es lo correcto de la interpretación apoderarte de las ideas y mucho menos que el diálogo o la intervención sea de propiedad de las ideas y no de ampliación del tema en el criterio.