Las drogas, ¿camino hacia la libertad o forma de esclavitud?
4El placer es una canción de libertad,
Pero no es la libertad.
Es el florecer de los deseos,
Pero no es el fruto de los deseos.
Es una profundidad llamando a una cima,
Pero no es ni lo profundo ni lo alto.
Gibran Kahlil Gibran
En sentido estricto droga es toda sustancia que altera significativamente nuestros estados o percepciones anímicas; es administrada fuera de un contexto terapéutico; y puede generar adicción. Hoy casi nadie ignora que el alcohol o el café son tan drogas como la heroína o la cocaína; resulta pertinente subrayarlo porque el patrón de conducta y las valoraciones que adoptamos frente a las drogas legales puede ser fácilmente extrapolable al resto de estas sustancias.
¿Es el vino un modo de embrutecimiento o un descanso para nuestro espíritu? En la pregunta está contenida la respuesta: ni una cosa ni la otra, depende de cual sea el uso que le demos. Es tenue la línea que separa el placer del vicio; si el placer es liberación el vicio esclavitud. El mayor peligro de las drogas, antes incluso que los supuestos efectos perjudiciales para la salud que pueden ser atenuados con la moderación, es su capacidad adictiva. Cuando hablo de adicción no hablo solo de la adicción fisiológica sino sobre todo de la adicción psicológica. La adicción psicológica es la que hace que el alcohólico sea alcohólico y, en definitiva, que el drogadicto use la droga no como divertimento sino como embotadora rutina o esclavizadora necesidad.
Pondré un ejemplo de lo que quiero decir. La droga a la que estoy más enganchado, con diferencia, es el café. Tomo todas las mañanas que puedo y cuando por alguna circunstancia no me es posible me paso las primeras horas de la mañana somnoliento y anhelando el amargo sabor. ¿Es mi cuerpo el que tiene esa necesidad o es mi mente sugestionada la que induce el cansancio? No lo sé, lo que sí recuerdo es que antes de ser un adicto a la cafeína no me sentía de esta manera; tomar café se ha convertido en una rutina que nada suma en sí misma pero que resta cuando no lo consumo. El cannabis, los alucinógenos… cualquier droga deja de ser un más y se convierte en un menos para nuestra vida cuando dependemos de ella para algo. Aunque sea para espabilarse.
Platón escribió un diálogo poco conocido en el que hablaba sobre la aritmética del placer llamado “Filebo”. El placer es, en buena medida, distensión o si se prefiere satisfacción de un déficit. A mayor déficit mayor placer, a nadie le resulta tan placentera el agua como al sediento. Así ocurre con el placer proporcionado por las drogas; puedo contraer en vicio de fumar tabaco consumiendo un cigarrillo cada quince minutos o disfrutar de una pipa bien cargada los domingos por la noche antes de irme a acostar. ¿Cuándo se calcula con más acierto el placer que se obtendrá del tabaco?
La aritmética del placer es difícil de implementar ante algunas drogas que nos proveen de una satisfacción inmediata; aún así soy optimista y creo que cualquier persona con educación y raciocinio tiene la perfecta capacidad de disfrutar de las drogas sin esclavizarse en el vicio. Al fin y al cabo, de pequeños aprendemos a no atiborrarnos de chocolate para no empachar.
No juzgo a aquel que se engancha a una droga y deja pasar la vida ante sus narices; tampoco a aquel que se engancha a ver la televisión sin hacer otra cosa durante horas, días o semanas. Allá cada cual con sus decisiones, tengo un carácter liberal y no entiendo “vicio” como una falta moral sino como hábito excesivo que a modo personal me resulta vitalmente insatisfactorio. Del mismo modo, me parece bien que algunos pretendan encontrar la “iluminación” a través de las drogas, especialmente las alucinógenas, aunque sinceramente lo considero un camino engañoso y huero en la inmensa mayoría de las ocasiones.
En efecto, en las culturas chamánicas se han usado recurrentemente algunas sustancias para obtener la revelación de un numen o un estado de comprensión superior; pero de ahí a suponer que tal puerta está abierta para cualquiera me parece un engreimiento muy típico de urbanita desarrollista. Toda visión en las culturas chamánicas está condicionada por un contexto simbólico concreto que toma la forma de religión; si alguien carece de fe, tomando las llamadas drogas enteógenas puede ver, sin duda, a los gnomos del bosque, Jack el Perro, un familiar fallecido e, incluso, pudiera ser que alguno de ellos le comunicase una importante revelación. Puede que pase tanto esto como que vea lucecitas de colores o quién sabe qué; en cualquier caso no existe atajos para el verdadero conocimiento y me parece de una arrogancia muy propia de ignorante pretender acceder a experiencias de ese tipo simplemente tomando esta o aquella droga cuando a lo largo de la historia quienes han accedido a ellas han sido pocos o se han sometido a una estricta disciplina mental y física. La ingesta de drogas es un hecho más puntual que esencial para el acceso a la visión numínica. Me da la impresión que la extensión del LSD no ha hecho a más místicos y sí a más chiflados.
En definitiva, a pesar de los peligros que entrañan, las drogas están muy bien y algunas están bien ricas pero no puede pedírseles que nos aporten sentido ni felicidad por sí solas. Parafraseando el texto de Gibran con el que comenzaba, las drogas pueden ser sal para la vida pero no la vida misma.
Muy buen artículo.
Saludos desde Argentina.
Las drogas, ¿camino hacia la libertad o forma de esclavitud?
Las drogas son unas sustancias que alteran nuestros estados o percepciones anímicas; algunas drogas llegan a convertirse en adicciones tales que las personas las usan como necesidad debido a que se acostumbraron a ellas , el que es alcohólico es alcohólico , el que es drogadicto usa esto como una adicción a la cual se vuelve esclavo , no estaría bien juzgar una persona por ser drogadicto o porque consuma drogas porque no sabemos los motivos de estos; es difícil decir que las drogas no nos dan un poder se satisfacción inmediata por la cual las personas lo consumen sin esclavizarse en el vicio.
Aquel que tome por cuenta propia las drogas es libre de hacerlo ya que el vicio como tal no tiene como una falta moral sino como hábito excesivo que a modo personal me resulta vitalmente insatisfactorio .
Esto concurre a que cada quien es libre de tomar sus decisiones y a responder por ellas , las drogas después de tener muchos peligros no se puede ver como la felicidad absoluta que la de por ellas mismas , o a las personas que consumen de estas drogas , tienen sus aspectos buenos como malos en la historia .
Los diferentes tipos de drogas dejan de ser lo mas en nuestras vidas si se trata de que ya es una adicción de la cual dependemos .
Fabuloso artículo, lúcido, sabio y veraz.
Es un artículo que deja mucho que pensar porque hoy en día estamos en una sociedad en dónde el consumo de drogas es cada vez más común, cada persona tienes sus razones para hacerlo y también saben que tanto se arriesgan al hacerlo, considero que aunque sea un escape momentáneo a sus problemas, no los va a solucionar, pero como sociedad no tenemos ningún derecho a juzgar. Pienso que si uno quiere hacerlo lo mejor sería consumirlo con moderación y evitar la adicción ya que se genera cierta dependencia tanto fisiológica como psicológica y no usar la droga como divertimento ni como rutina o esclavizadora necesidad, creo que la mejor manera de evitarlo y tratarlo es reconocer y reforzar nuestras redes de apoyo, ocupar toda nuestra energía o incluso a veces furia o ira en una actividad o deporte que nos guste, ejercer o interesarnos por algún arte y buscar ayuda profesional, sé que muchas veces no es fácil, y que el camino se torna muy complicado, pero está en nosotros tomar la iniciativa y no recaer en lo que no queremos volver a hacer.