Los límites éticos de la manipulación: cómo evitar ser manipulado
1En artículos anteriores se ha tratado las técnicas de manipulación y sus límites éticos; una ver realizado el análisis, es pertinente reflexionar sobre cuáles son las actitudes que nos fortalecen contra los intentos manipulativos.
En primer lugar, un sano escepticismo es condición imprescindible para evitar ser víctimas de manipulación malintencionada. Ante tesis o afirmaciones no corroboradas debemos ser cautelosos si tales informaciones van a determinar nuestras líneas de actuación o pensamiento. Ante el charlatán que nos quiere vender la moto de un remedio milagroso o un programa político salvífico, no hay mejor antídoto que la desconfianza. La ingenuidad y la credulidad son terrenos abonados para la superstición y el engaño; desde muy pronto descubrimos que las afirmaciones de otros individuos no están siempre motivadas por un afán de informar o buscan nuestro provecho. ¿Qué pretende el interlocutor que intenta convencernos? ¿Obtiene algún beneficio de nuestro asentimiento? ¿Son coherentes y contrastables las fuentes sobre las que se asientan los argumentos que se nos presentan? Estas y otras preguntas son un freno importante a los intentos manipulativos de otras personas o grupos ideológicos. Igualmente es conveniente que analicemos los sentimientos y esperanzas que nos provocan nuestros interlocutores con sus discursos, así tendremos más posibilidades de mantener la distancia y analizar los datos presentados con objetividad.
Asimismo, en la medida de lo posible debemos intentar fortalecer nuestro yo para evitar ser víctimas del hostigamiento emocional, una de las técnicas de manipulación más peligrosas y seductoras. Efectivamente, saber quién somos y por qué somos quien somos, nos fortifica frente al chantaje emocional. Solo sujetos con una personalidad débil pueden creer que quienes ellos son dependen de la adquisición de tal o cual fetiche consumista; solo individuos alienados pueden pensar que sus problemas económicos o políticos van a ser resueltos, realmente, por tercera personas que no sean ellos mismos. Todo Führer, Padrecito o Comandante en jefe precisa de una masa aborregada para llegar al poder; del mismo modo que cualquier maltratador emocional necesita de la debilidad de su víctima para someterla. Comprender que somos responsables de nosotros mismos y que lo que somos no depende de lo que diga algún gurú bienintencionado o el sabelotodo de turno, es una poderosa arma contra engañabobos y demagogos de diverso pelaje.
Por último, es importante conocer las técnicas más usuales de manipulación para evitar ser víctimas de ellas o usarlas inadvertidamente contra otras personas. No es tan necesario un conocimiento técnico de las falacias o de las estrategias retóricas como un conocimiento práctico. La observación y el análisis de las interacciones comunicativas nos proveen fácilmente de este conocimiento imprescindible para evitar ser manipulados.
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el psicopata es el que cumple con todo esto u hasta mas…..como hariamos para abusar de un abusador mejor dicho darle una lección para que no lo vuelva a hacer