La politización de los medios alternativos
0 No consumo ni prensa ni medios de comunicación oficiales. Antes, en la sobremesa, por costumbre veía las noticias, pero la sensación de ser tratado como un autentico gilipollas por los redactores de los telediarios y el mal genio asociado a esta sensación me convencieron de la idoneidad de abandonar ese feo vicio.
No creo hacer una gran revelación si digo que el nivel de manipulación de los medios de propaganda del estado es vomitivo. Se tergiversa la verdad, se acentúa lo banal y se marcan, bien a las claras, la arbitraria línea que separa a los “buenos” de los “malos”. No me voy a detener en esta obviedad, otros antes y mejor que yo lo han explicado.
Viendo el nivel de control que a través de los medios convencionales se intenta ejercer sobre la población, probé con ver medios de comunicación alternativos como Rebelión, Alasbarricadas o Diagonal. Del último periódico soy suscriptor y lo seguiré siendo durante mucho tiempo, espero, pero no puedo dejar de notar que tales medios “alternativos” pecan de lo mismo que los medios oficiosos: una parcialidad ideológica muy acusada en su análisis de la realidad. Todo el mundo se da cuenta que los medios de comunicación contestatarios están politizados por la sencilla razón de que están politizados de manera minoritaria, es decir, la ideología que sesga su análisis de la realidad no es la capitalista. Los medios oficiales pasan por más o menos objetivos porque ellos mismos han construido la objetividad informativa desde hace años.
Mi pregunta es si no sería posible, más allá de cualquier sesgo ideológico, presentar noticias con objetividad. Evidentemente no soy tan ingenuo para pensar que eso es posible así sin más; el simple hecho de dar una noticia y no otra, viene marcado por un sesgo ideológico. Por ejemplo, ¿por qué es noticia que un musulmán mate a su hija, a la que considera una adúltera, en Alemania y no es noticia que un padre mate a sus hijos pequeños en Alemania por despecho? Dejo al lector de este post concluir la razón por la que el primer hecho genera noticia y el segundo no. Por lo tanto, la objetividad no es posible en términos absolutos, pero nadie me negará que es posible un mayor o menor grado de objetividad en la información que se trasmite. Creo que los medios oficiales pecan de una grabe falta de objetividad, pero los medios contestatarios no pueden tampoco evitar dejar de ser eso, meras réplicas, contestaciones a la verdad oficial, y, por tanto, tan parciales como ella.
Ya me he declarado partidario de Internet en muchos otros asuntos, en este de la politización de los medios, tanto oficiales como contraoficiales, creo, también que la red puede ser un instrumento para encontrar un mayor grado de contraste y objetividad en la información que consumimos. La pluralidad de medio y el papel activo del internauta, frente a la pasividad del tele-espectador, me permiten tener esperanza en un nuevo modo de relacionarnos con la información. ¿Augurará esto el surgimiento de una clase social privilegiada con acceso a información plural frente a la gran masa alienada delante de los obsoletos televisores? ¿Las zarpas del estado, que tan codiciosamente hurgan desde hace tiempo el corazón de la red, podrán romper esta nueva forma de consumir y construir socialmente la noticia? Sin duda, nubes oscuras agitan los aires del futuro, por tanto, la defensa de ese futuro sin el férreo monopolio de la información que ahora ejercen los estados, en connivencia con las élites económicas globales, es labor cotidiana de todos los internautas y ciudadanos. Solo espero que ganemos esta lucha.
sé feliz