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La Sangre del León Verde

Divulgación Filósofica y Pensamiento Libre

La senda del perdedor

15
  • Por Ciudadano 014-Q
  • en Libros y cómics
  • — 11 Ene, 2009

Hace ya algunos años, quizás más de diez, que leí la colección de relatos “La maquina de follar” de Charles Bukowski. Contra lo que puede pensarse por el título la obra no es, ni mucho menos, una sucesión de capítulos escabrosos sino toda una obra maestra del llamado “realismo sucio” del autor; tratando temas tan ricos como el desamor, la perversión del deseo, la deshumanización de la sexualidad o la hipocresía social sobre las drogas impacta la mirada tan profunda, compasiva y cruda del escritor. Un libro maravilloso del que tras años de haberlo leído aún recuerdo la impresión que me causaron ciertos relatos. Por azares de mi carrera como lector no volví a Bukowski hasta el pasado mes de Septiembre en el que me compré, sin premeditación ni alevosía alguna, su obra “La senda del perdedor”, un libro impresionantemente hermoso e impresionantemente sabio.

“La senda del perdedor” es un libro autobiográfico en el que el alter ego de Bukowski, Henry Chinaski, es el protagonista central indiscutible de la acción; la narración en primera persona dota de más potencia, si cabe, a una novela totalmente sincera. La crueldad de la familia y de la escuela no es más que reflejo de la crueldad de la sociedad norteamericana, que aún hoy sume en la desesperación a miles de adolescente todos los años. La sexualidad incipiente, las peleas sangrientas o el acoso contra el débil son temas recurrentes en la novela pero son el telón de fondo de algo mucho más profundo: el reflejo de la degradación moral de la sociedad opulenta, en donde el estigma de la diferencia marca radicalmente al estigmatizado hundiéndolo en la parte menos conocida y menos cinematografiada del “sueño americano”.

Las pequeñas muestras de afecto, como la ternura que prodiga a Chinaski la enfermera que le limpia los granos “como nueces” en el hospital, y las pequeñas victorias en el violento juego que es la vida del protagonista aparecen sobredimensionadas en un contexto de brutalidad generalizada; por esto aunque “La senda del perdedor” es un libro triste no carece de momentos hermosos en donde se intuye una esperanza que nunca se colma. Un lugar relevante es también el papel que juega la literatura en la vida de Chinaski: rodeado de un mundo sórdido y gris su amor por la literatura (que tiene que leer a escondidas de sus padres) le salva ocasionalmente de la desesperación y sobretodo, le salva de convertirse en un reflejo de su repugnante padre. Como dije ya, un libro cruel y hermoso al mismo tiempo pero ¿es que existe algo bello en lo que no resida también un pozo de crueldad?


“El final del trabajo era recoger todas las briznas de hierba que habían caído sobre la acera y luego regar la acera. Finalmente acabé, a excepción de poner el regador en el jardín de atrás a intervalos de quince minutos. Llevé atrás la manguera para colocar el regador y entonces mi padre salió de la casa.

—Antes de que empieces a regar, quiero asegurarme de que no has dejado hojas sin cortar.

Mi padre se fue al centro del césped, se puso a cuatro patas y bajó la cabeza hasta el césped en busca de alguna hoja que pudiera sobresalir. No dejó de mirar, doblando el cuello, escrutando. Yo esperé.

—¡Aja!

Se levantó de un salto y corrió hacia la casa.

—¡MAMÁ! ¡MAMÁ!

Entró corriendo en la casa.

—¿Qué pasa?

—¡He encontrado una hoja!

—¿Sí?

—¡Ven, te la voy a enseñar!

Salió de la casa a toda prisa con mi madre siguiéndole.

—¡Aquí! ¡Aquí! ¡Te lo voy a enseñar!

Se puso a cuatro patas.

—¡Lo veo! ¡Veo dos!

Mi madre se agachó junto a él. Yo me preguntaba si estaban chalados.

—¿Las ves? —dijo él—. ¡Dos hojas! ¿Las ves?

—Sí, papá, las veo…

Los dos se levantaron. Mi madre entró en la casa. Mi padre me miró.

—Adentro…

Caminé hacia el porche y entré en la casa. Mi padre me siguió.

—Al baño.

Mi padre cerró la puerta.

—Bájate los pantalones.

Le oí coger la badana de afilar. Todavía me dolía la pierna derecha. No servía de nada, habiendo sufrido la badana antes muchas veces. El mundo entero estaba allí fuera indiferente a todo, pero no servía de nada. Había millones de personas ahí fuera, perros, gatos, pájaros, edificios, calles, pero no importaba. Sólo estaba mi padre y la badana de afilar, el baño y yo. Usaba aquella badana para afilar la navaja de afeitar, y por las mañanas temprano yo le odiaba con su cara blanca de espuma, de pie delante del espejo afeitándose. Entonces me pegó el primer golpe. El sonido de la badana era plano y fuerte, el sonido era casi tan malo como el dolor del golpe. La badana cayó otra vez. Era como si mi padre fuera una máquina golpeando con aquella badana. Tenía el sentimiento de estar en una tumba. La badana cayó otra vez y yo pensé que aquella seguramente era la última. Pero no lo era. Cayó otra vez. Yo no le odiaba. Simplemente, no podía creérmelo, quería librarme de él. No podía llorar. Me sentía demasiado mal para llorar, demasiado confundido. La badana cayó otra vez, luego se detuvo. Yo me puse de pie y esperé. Le oí colgar la badana.

—La próxima vez —dijo—, no quiero encontrar ni una hoja.

Le oí salir del baño. Cerró la puerta. Las paredes eran hermosas, la bañera era hermosa, el lavabo y la cortina de la ducha eran hermosos, hasta el water era hermoso. Mi padre se había ido.”


Charles Bukowski; La senda del perdedor; Compactos Anagrama pp. 64-65.

 

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15 Comentarios

  1. cramon dice:
    19 enero, 2009 a las 4:08 am

    interesante este articulo.
    He leido algunos cuentos sueltos de Bukowski, realmente son fuertes, recuerdo especialmente uno en que una mujer le hace la visita a un hombre y este la invita a tener sexo con el, le hace proposiciones bien fuertes, trios y esas cosas, evidentemente mas halla de la suciedad que pueda «verse» en el sexo mas bien creo que la suciedad que denuncia en sus cuentos es la social, solo remitamosnos un poco a la propia vida que llevo el autor. Vi tu comentario en mi blog, en verdad hace solo un tiempo que vengo indagando en las cuestiones filosoficas, aun tengo un monton de dudas por aclarar y a medida que me adentro mas, pues me asaltan nuevas dudas. Espero contar con tus comentarios amigo mio, me gustaron mucho los trabajos de la web anterior, evidentemente conoces a profundidad los temas que tratas asi que un buen consejo no me vendria mal, nos pillamos, como acustumbramos a decir algunos jovenes aca en Cuba para despedirnos.

    CRAMON

    Responder
    • Fulgencio Robledero dice:
      20 enero, 2009 a las 5:14 pm

      Sí, para mi Bukowski es uno de los novelistas críticos sociales más radicales del pasado siglo. Su modo de retratar el «reverso tenebroso» de la sociedad del bienestar es creible por descarnado.

      Yo también he leido algo de tu blog y me gusta. Son artículos breves y muy didácticos, tu modo de plantear los problemas es directo sin ningún circunloquio… eso se hecha mucho en falta cuando se buscan páginas sobre filosofía.

      nos pillamos!!

      Responder
  2. cramon dice:
    21 enero, 2009 a las 6:04 am

    Hola
    Gracias por el comentario, en verdad yo estudio psicologia, este año me graduo pero me apasiona la filosofia y por eso decidi crearme ese blog, para ir comentando algunas de las ideas, dudas y conluciones que me acompañan en el camino de la superacion, ademas cuento con los comentarios de Jesu y Frisco los cuales me abligan a leer mucho y superarme para entender y responder a sus comentarios.

    Responder
  3. Diana dice:
    2 marzo, 2009 a las 4:35 pm

    Impresionante. Desde hace ya algunos años le he seguido la pista a mi buen amigo Bukowski. Indudablemente no hay nada más descarnado, crudo y realista que sus historias. La realidad es asi. Sucia, despiadada.

    Responder
  4. FulgencioR dice:
    4 marzo, 2009 a las 9:42 pm

    No soy tan pesimista y aunque Bukowski sea realmente descarnado la ternura brilla con más fuerza en el universo deshumanizado de su obra.
    salud

    Responder
  5. Fifty cnt dice:
    1 septiembre, 2009 a las 3:34 am

    Death gotta be easy cause´life is hard

    Responder
  6. Misha dice:
    14 septiembre, 2009 a las 7:00 pm

    La senda marcada
    Comparto tus impresiones sobre el libro que comentas, -cruel y hermoso a la vez-, y sobre Bukowski en general. El extracto que has elegido me puso los pelos de punta.

    La novela la he leído estos días, y ciertamente no te deja indiferente. Hay tanta desolación en el protagonista, tanta soledad, tanto maltrato y violencia a su alrededor, y sobre él, que no extraña la lucidez e incomprensión que va desarrollando Henry a lo largo del libro. A modo de ejemplo, muestro un extracto, aunque hay decenas de ellos:

    «Estábamos sentados en una habitación situada por encima del prado. Dos chicos estaban mirándome. Uno de ellos habló:
    _¡Oye!- me preguntó-. ¿Te importa si te pregunto algo?
    _Adelante.
    _Bueno, solías ser un mariquita en la escuela elemental, me acuerdo de ti. Y ahora eres un tío duro. ¿Qué pasó?
    _No lo sé.
    _¿Eres cínico?
    _Probablemente.
    _¿Eres feliz siendo cínico?
    _Sí.
    _¡Entonces no eres un cínico, porque los cínicos no son felices!
    Los dos chicos ejecutaron unos pasos de vodevil y se fueron riendo.
    _Te han hecho quedar mal- dijo Becker.
    _No, exageraban demasiado.
    _¿Eres cínico?
    _Soy infeliz. Si fuera cínico, probablemente me sentiría mucho mejor”.

    Bukowski.; «La senda del perdedor», pp. 229-230.

    Responder
  7. Misha dice:
    14 septiembre, 2009 a las 7:19 pm

    El Bukowski poético
    Ah, se me olvidaba comentarte, ¿has leído poemas de Bukowski? Son altamente recomendables. Para mí fue una faceta desconocida aunque asombrosa de él. Ahí van algunos:

    A SOLAS CON TODO EL MUNDO

    la carne cubre el hueso
    y dentro le ponen
    un cerebro y
    a veces un alma,
    y las mujeres arrojan
    jarrones contra las paredes
    y los hombres beben
    demasiado
    y nadie encuentra al
    otro
    pero siguen
    buscando
    de cama
    en cama.
    la carne cubre
    el hueso y la
    carne busca
    algo más que
    carne.

    no hay ninguna
    posibilidad:
    estamos todos atrapados
    por un destino
    singular.
    nadie encuentra jamás
    al otro.

    los tugurios se llenan
    los vertederos se llenan
    los manicomios se llenan
    los hospitales se llena
    las tumbas se llenan

    nada más
    se llena.

    SÉ AMABLE

    siempre nos piden
    que entendamos el punto de vista
    de los otros
    sin importar si es
    anticuado
    necio
    asqueroso.

    a uno le piden
    que entienda
    amablemente
    todos los errores de los otros
    sus vidas desperdiciadas
    sobre todo si son
    de edad avanzada.

    pero su edad es lo único
    en lo que nos fijamos.
    han envejecido
    mal
    porque han
    vivido
    sin enfoque,
    se han negado
    a ver.
    ¿que no es culpa suya?
    ¿culpa de quién?
    ¿mía?

    se me pide que oculte
    mi opinión
    ante ellos
    por miedo a su
    miedo.

    la edad no es un crimen

    pero la vergüenza
    de una vida
    deliberadamente
    desperdiciada
    entre tantas
    vidas
    deliberadamente
    desperdiciadas

    sí lo es.

    Saludos!!

    Responder
  8. FulgencioR dice:
    16 septiembre, 2009 a las 7:57 pm

    Gracias Misha por los dos poemas de Bukowski que has dejado. No soy muy aficionado a la poesía pero lo cierto es que me han impresionado, ya tengo otro descubrimiento literario que hacer!!

    saludos

    Responder
  9. Misha dice:
    16 septiembre, 2009 a las 10:21 pm

    Gracias a ti!!

    Me encanta compartir lo que me encanta…

    Saludos!

    Responder
  10. Misha dice:
    16 septiembre, 2009 a las 10:22 pm

    Me gusta compartir lo que me encanta, quería decir…

    Responder
  11. ringling dice:
    27 diciembre, 2010 a las 7:00 pm

    Lo sórdido que detesto me viene muy bien
    Discrepo totalmente. La senda del perdedor, en mi opinión, es un libro aburrido, nada interesante. Retrata un mundo violento en el que el protagonista parece pasárselo muy bien cuando pelea. Lo sórdido que detesta le sirve para escibir un libro sórdido igulmente y pesado. No estoy muy seguro pero la traducción es horrorosa, y puede que haya influído en mi valoración

    Responder
  12. Ana dice:
    22 febrero, 2011 a las 12:31 pm

    Leí como hace un año «La senda del perdedor». A pesar de lo áspero del ambiente, Bukowski me transmite mucha ternura. Me apunté esta frase: «Qué tiempos tan frustrantes fueron aquellos años: tener el deseo y la necesidad de vivir pero no la habilidad».

    Responder
  13. Hernan Heredia dice:
    10 junio, 2011 a las 3:04 pm

    ¿Para qué pide título esta cosa? ¿Vamos a escribir
    Es un gran libro. A veces hablar, escribir o hacer lo que casi nadie se atreve llega a convertirse en grandes cosas siempre y cuando se tenga talento. Todo en la sociedad son hipocresías y superficialidades. Por eso buscamos algo que hacer que nos haga sentir importantes. Por eso es que jóvenes mediocres terminamos opinando de obras de genios sin antes lavarnos la boca.

    Responder
  14. Mayela dice:
    20 mayo, 2021 a las 5:51 am

    Es un libro que no te deja indiferente, sobre todo porque es un personaje bastante contradictorio…. hace una crítica social en la que retrata el desprecio que sufre y la crueldad con la que es tratado por personas que sienten ser mejores que el sin ningún motivo válido, sin embargo el hace lo mismo… en varias ocasiones se queja de que “perdedores” y “subnormales” revoloteen alrededor de el. Sin mencionar que es totalmente misogino… alguien que empatiza de tal manera con un gato, un perro callejero o una mosca, no puede empatizar con una mujer solo porque no tiene un interés sexual en el… es muy lamentable, sin mencionar que justifica el incesto y la violacion de una joven solo por considérale físicamente atractiva… a mi me parece un bravucón que justifica serlo y cree que tiene derecho de serlo, por haber tenido malas experiencias…

    Responder

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