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La Sangre del León Verde

Divulgación Filósofica y Pensamiento Libre

El bien y el mal en Spinoza

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  • Por Ciudadano 014-Q
  • en Píldoras de Filosofía
  • — 14 Mar, 2013

En el prefacio de la cuarta parte de su “Ética” el filósofo neerlandés, Baruch Spinoza, define los conceptos de bien y de mal como “modos de pensar” y no como denominaciones objetivas de las cosas mismas. Observará Spinoza que en muchas ocasiones lo que es un bien para alguien, es un mal para otro; aquello que hoy parece bueno, mañana es malo, e incluso, estamos dispuestos a aceptar ciertos males como buenos porque, aún cuando nos dañen con privación o sufrimiento, los consideramos como beneficiosos a largo plazo.

Es decir, para el autor llamamos “bueno” a lo que nos apetece y nos beneficia y “malo” a lo que nos degrada o perjudica (op. cit. Escolio de la Proposición IX, Tercera Parte). Por  ejemplo, prohibimos la mentira, porque es dañina al debilitar la confianza y, por tanto, los lazos sociales; en tanto que fuente de daño la mentira es “mala” por eso la aborrecemos en abstracto.

De lo anterior se podría concluir que ya que los hombres somos diferentes tendremos modos diferentes de juzgar un comportamiento como bueno o malo. Así es en cierta medida pues los hombres son muy diferentes entre sí cuando se guían por influjos externos a ellos mismos y desoyen su razón. Si un comerciante me propone pagar mi compra sin abonar el IVA y estoy determinado a actuar por el deseo de riquezas, consideraré tal acto como “bueno” ya que bajo mi perspectiva ese acto me beneficia. Si, por contra, me determina a obrar la comprensión de que esos impuestos son los que garantizan el bienestar de otros miembros de la comunidad (percibidores de subsidios, pensiones, servicios asistenciales…) y que ese bienestar contribuye al mio propio; actuaré pensando que pagar ese impuesto es bueno en un sentido concreto (para mi) y abstracto (para todo ser racional). Por tanto, todos los hombres hacen la misma consideración sobre el bien y el mal; bueno es todo lo que me beneficia, malo aquello que me daña. La diferencia de criterios morales es debida a que no todos los hombres usan las mismas facultades para juzgar lo bueno y malo; Spinoza concluye que la facultad que mejor comprende nuestro beneficio y daño es la razón. La razón, que es tanto lógico-matemática como social, moral…, es una facultad específica del hombre y, como tal, el instrumento más apropiado para buscar nuestro bien en cuanto seres humanos, es decir, en cuanto seres racionales. Por eso el autor, en el citado prefacio,  se empeña en delimitar el uso de las palabras “bueno” y “malo” de manera racional:

“… entenderé es adelante por “bueno” aquello que sabemos con certeza ser un medio para acercarnos cada vez más al modelo ideal de naturaleza humana que nos proponemos, Y por “malo”, en cambio, entenderé aquello que sabemos ciertamente nos impide referirnos a dicho modelo.”

(loc. cit. traducción de Vidal Peña para la Editorial Alianza)

Huelga subrayar, para el lector informado, el paralelismo que tiene este uso de los términos “bien y mal” con el concepto heleno de virtud como “excelencia”. En cualquier caso, ¿a qué se refiere el filósofo de Ámsterdam con “modelo ideal”? Ese modelo ideal está determinado por la propia observación racional de la naturaleza y del hombre como una parte integrante de ella: la alegría, la relación fraterna con otros hombres, el deseo de paliar el sufrimiento y aumentar el beneficio común, serán ejemplos de comportamientos virtuoso en tanto que nos favorecen y aumentan nuestro propio ser y el de lo que nos es más cercano: los otros hombres.

La comprensión de lo que es ese “modelo ideal” es compleja pues parte de premisas metafísicas en las que no puedo detenerme. De todos modos, se entiende intuitivamente como todos nosotros adaptamos nuestra conducta a ciertos modelos que consideramos deseables aunque, desgraciadamente, en muchas ocasiones no nos paremos a pensar si esos modelos son real y racionalmente deseables. Por ejemplo, si una adolescente quiere llegar a cursar estudios superiores para ser veterinaria, determinará lo que debe (bueno) y no debe hacer (malo) según sus actos le acerquen o le alejen de su modelo ideal de vida. De este modo puede verse obligada a renunciar a una noche de fiesta en aras de estudiar un examen, sacrifica el beneficio inmediato para acercarse más a un determinado modelo ideal: “ser veterinaria”. La búsqueda del beneficio inmediato (salir de fiesta), que es en sí mismo buena, se convierte en mala si nos aleja del proyecto de vida que sentimos como ideal. Así la adolescente del ejemplo será más racional cuanto mejor busque su propio beneficio, es decir, la realización de su ser.

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Tags: felicidadmoralplacerSpinoza

5 Comentarios

  1. Concha dice:
    6 octubre, 2015 a las 7:29 pm

    Baruch presuponía que todos los hombres nacen sabiendo distinguir lo que es bueno o malo para ellos? Qué pasa con áquel, por poner unos ejemplos que viola por placer, porque le «apetece», o toma heroína porque considera que es bueno para él? ¿No crees que la naturaleza humana posee una parte oscura que si no se educa o se controla deriva en el mal?

    Estoy leyendo a Spinoza, me está resultando muy difícil de entender por lo que agradezco tu artículo y me alegro de haber encontrado tu página. Me gustaría me contestaras porque no acabo de comprender cómo resuelve Spinoza el problema del mal.

    Muchas gracias, y un saludo

    Responder
    • Ciudadano 14-Q dice:
      7 octubre, 2015 a las 5:19 pm

      Hola Concha,

      lo que es el bien depende del juicio del sujeto. Como lees en el artículo cada uno juzga el bien según sus facultades. Si me inclino a juzgar por el mero apetito puedo considerar que violar me proporciona placer. Bien debe entenderse como «lo que me beneficia». Lo que ocurre es que aunque todos tengamos esa capacidad no todos la tienen igualmente desarrollada. Es decir, que no estamos programados para acertar en lo que es bueno para nosotros. Puedo creer que subir a mi auto e ir a un restaurante a comer con unos amigos es mi bien pero ¿qué ocurre si sufro un accidente? No era mi bien ir al restaurante pero no lo sabía. En definitiva, el bien lo bvuscamos según nuestras capacidades finitas si siempre acertáramos en las decisiones de este tipos seríamos omniscientes, es decir, algo parecido a dioses.

      Espero haberte aclarado la cuestión. Un saludo y gracias por comentar.

      Responder
  2. Luis Velasquez dice:
    15 marzo, 2022 a las 5:12 pm

    excelente articulo agradecido y me gustaria recibir mas

    Responder
  3. Raúl. dice:
    27 enero, 2023 a las 10:37 pm

    Malo el artículo.No dilucida si el mal fue originado en el principio de la Creación por el Ser perfectísimo o es facultad de los seres humanos. Confunde el distinguir el bien del mal con el determinismo. En todo caso, el Ser perfectísimo sabía que el mal se daría en la Tierra ya que es imposible que, siendo perfecto, no conociera el futuro de su Creación. Y sí, soy determinista. Es necesario leer las 24 cartas entre Spinoza y el teólogo aficionado calvinista B… (Se me olvidó el apellido 😸).

    Responder
    • Bbb dice:
      16 agosto, 2023 a las 12:15 am

      Pero que es el bien y que es el mal?

      Responder

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