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Divulgación Filósofica y Pensamiento Libre

Sócrates: ironía y mayéutica

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  • Por Ciudadano 014-Q
  • en Píldoras de Filosofía
  • — 14 Mar, 2011

     El filósofo ateniense Sócrates (469-399 a.J.) es una figura influyente y controvertida en la historia de la filosofía. Su vida ascética y su renuncia a recibir dinero por sus enseñanzas lo alejaba de los sofistas, sin embargo, su figura fue confundida con la de ellos al compartir con estos maestros itinerantes una profunda voluntad pedagógica. Su oposición al relativismo y a llevar una vida sin reflexión le valieron su condena a muerte. Aunque no dejó ninguna obra escrita, su enseñanza y su lucha contra el escepticismo moral fue heredada por su discípulo Platón.

    Ironía y mayéutica:

    La actitud filosófica de Sócrates resulta extraña en la actualidad, pero realmente fue el modo de filosofar de muchos pensadores griegos anteriores a él que usaron, también, el diálogo y el contacto directo con los interlocutores como método de indagación filosófica. El mismo Platón, fuertemente influido por Sócrates, redactó casi toda su obra filosófica a modo de diálogos. De hecho Sócrates marca un punto de inflexión en la historia de la filosofía por ser el último gran pensador griego “de calle”, que desdeñaba escribir tratados y que consideraba su labor pedagógica como una obligación religiosa y ciudadana.
    Lo que sí fue característico de Sócrates fue su método de interlocución. Este filósofo ateniense partía desde una posición contraria al relativismo de la época, encarnado por muchos sofistas, que consideraba que los valores de bien y mal son construcciones sociales que carecen de valor absoluto. Sócrates nunca esboza una teoría moral definida, al menos en los testimonios que tenemos de él, sino que más bien se decanta por una posición destructiva frente al escepticismo moral. Es decir, el ateniense criticaba el relativismo como una postura lógicamente inconsecuente, pero no aportaba, al menos que nos conste, una teoría moral elaborada que contraponer a ese escepticismo.
    En sus debates con otros personajes relevantes de la vida cultural o política de Atenas, Sócrates adoptaba, en principio, un actitud irónica. La frase socrática “Solo sé, que no sé nada” es reflejo de esta ironía con la que el ateniense pretendía poner en entredicho las certezas de las que partía el interlocutor. En esta primera fase del método socrático, se duda de las afirmaciones del interlocutor pero sin contraponer a la opinión del afirmante otra afirmación sino, sencillamente, dudando de la validez de su propuesta. Es una actitud claramente destructiva, que irritaba a los supuestos sabios que quedaban en evidencia ante el genio socrático.
    Por ejemplo, si se discutía lo que era el valor, y el interlocutor lo definía como “arrojo en las situaciones de peligro”, Sócrates lo atacaba intentando hacer que el afirmante definiera “peligro” o mostrando como hay situaciones en las que el arrojo ante el peligro no sería considerado como valor: entrar en un volcán en erupción por capricho no es valor sino locura.
    Si la ironía era destructiva, la segunda parte de su método tenía un cariz más creativo. Esta segunda fase se llama mayéutica que significa “técnica para ayudar a dar a luz”. Todos tenemos dentro de nosotros inteligencia y, por tanto, capacidad para captar la verdad. Tras la fase destructiva, Sócrates acompañaba a su interlocutor en la búsqueda de la verdad a través del diálogo y el intercambio de ideas. Aunque la mayéutica es considerada por algunos una mera técnica de convicción, lo esencial de esta parte del método socrático era la idea de que el conocimiento no se establece prioritariamente como un proceso de interiorización especulativa, sino que es fruto del debate y la reflexión conjunta. Sócrates, con su mayéutica, parece querer ejemplificar un modo de pensar que huye tanto del escepticismo como del dogmatismo de la autoridad. Esta lucha contra el cinismo moral, por un lado, y el autoritarismo de la clase política, por otro, le costó la vida.
    Quizás sea pertinente recordar la fuerte implicación vital que tenía para el ateniense su actividad filosófica y pedagógica; cuando en el juicio con el que se le condenó a muerte se propuso que dejase de filosofar, prefirió explícitamente la muerte a dejar su actividad filosófica, pues como afirmó “una vida sin reflexión no merece la pena ser vivida”.

sé feliz

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6 Comentarios

  1. Paulina Moreira Macías dice:
    18 julio, 2012 a las 7:45 am

    APRENDISAJE . 🙂
    gracias por que ya a est trayectoria me ayudaron a sacar una A EN MI EXAMEN DEL AÑO Y PASE CON SOBRESALIENTE YA QUE OTROS TEMAS SOLO TIENEN INFORMACIONES DERIVADAS A LO MISMO POR ESO ME GUSTARIA QUE SIGUIERAN ASÍ AYUDANDO A VER Y CONOER MAS INFORMACION DETALLADA 🙂 Q .D.T.B

    Responder
  2. valeria valencia dice:
    27 octubre, 2014 a las 7:45 pm

    agradesco a esta pagina web por ayudarme con mi tarea de filosofia, en ningun otro sitio encontre esta informacion

    Responder
  3. Elisa Zambrano dice:
    30 mayo, 2016 a las 12:59 am

    Elisa Zambrano
    Excelente informacion, ayuda mucho

    Responder
  4. mirna dice:
    14 octubre, 2016 a las 1:42 am

    Muy buena información,explicita.

    Responder
  5. Josephino dice:
    3 mayo, 2017 a las 1:49 am

    Hazlo ironia y mayeutica por separado

    Responder
  6. Núria dice:
    14 noviembre, 2022 a las 3:31 pm

    Alguien conoce un texto donde se abarquen los dos conceptos (ironía i mayeutica)???

    Responder

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